Durante
la primera mitad del siglo XIX, los sombreros femeninos seguían
siendo ostentosos, decorados con cintas, flores, plumas y pieles. A
finales del siglo, se introdujeron nuevos estilos, como las capelinas
de ala ancha, y aún más pequeños, como los tocados.
Desde
siempre se han usado las plumas para el adorno del ser humano, tanto
utilizándolas en sus vestidos, como en sus tocados. En muchos casos
estas plumas expresaban estatus, poder, y estaban reservadas a las
clases más altas usadas para los tocados a finales del s. XIX y
principios de XX.
Se usaron plumas de avestruz, garzas, somormujo, pinzones, faisanes, águilas reales, pavos reales, buitres...pero esto
se amplió a otras muchas especies , consideradas exóticas y que venían del otro lado del Atlántico. El aumento de las clases medias,
el deseo de exhibirse, la búsqueda de novedades, así como la
exploración de nuevas tierras con productos exóticos muy
apreciados en la vieja Europa, hizo que se importaran todo tipos de
aves; que el comercio de plumas fuera muy floreciente.
Los sombreros,
las plumas de los mismos, sus adornos ,e incluso el tamaño marcaban
diferencias sociales. Miles de personas en Europa se dedicaban a este
negocio, sobre todo en Londres y París. Fueron el centro de un
comercio muy productivo, que movía muchísimo dinero; llegando a
alcanzar cifras exageradas, siendo el precio del kilo de plumas igual
al del oro.
El
sombrero masculino seguía siendo muy sobrio. Y se puso de moda el
sombrero de copa, o sombrero de copa alta, coloquialmente llamado galera en Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay, o chistera en España,
es un tipo de sombrero alto, con la cima plana y el ala amplia usado
por los hombres a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, siendo
ahora utilizados solamente con etiqueta de día o conjunto formal de
noche.
El
primer sombrero de copa fue fabricado por Juan Hetherington en 1797;
se hicieron muy populares en Europa en la década de 1820, fabricados
con fieltro hecho de piel de castor y más adelante, debido a la
influencia de príncipe Alberto de Inglaterra, de seda. Una versión
popular en los Estados Unidos en el siglo XIX, fue el modelo de
sombrero popularizado por Abraham Lincoln durante su presidencia.
Diferente de muchas galeras, esta versión era recta, como una
tubería, y no era más ancha en la tapa que en el fondo, y a menudo
más altos que la chistera habitual.
Más
adelante, aparecieron sombreros de copa plegables, el llamado clac,
"sombrero de ópera" o "Gibus".
Hacia
la última mitad del siglo XIX, el sombrero de copa dejó
gradualmente de estar de moda, con las clases medias adoptando los
bombines y los sombreros de fieltro suaves, que eran más
convenientes para la vida de la ciudad, así como más convenientes
para la producción en masa. En comparación, un sombrero de copa
necesitaba ser hecho a mano por un sombrerero experto, habiendo pocas
personas jóvenes queriendo retomar lo que era obviamente un comercio
que moría. Hacia el final de la Primera Guerra Mundial se había
convertido en una rareza en la vida diaria. Continuó siendo
utilizado para el uso formal, con un conjunto de mañana por el día
y con prendas de noche (esmoquin o chaqué) hasta finales de los años
30. El sombrero de copa persistió en ciertas áreas tales como la
política y la diplomacia internacional por varios años más.
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